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María es una de las tantas jóvenes en Ecuador que han tomado la decisión de abortar. Apenas se enteró de su estado, supo que aún no estaba lista para ser madre. 

Totalmente decidido

Según María en estos lugares donde se realizan abortos clandestinos lo determinante es el tiempo porque significa cuanto te va a costar, cuanto tienes que pagar por abortar, "supuestamente, yo tenía  un mes de embarazo, lo que equivalía a doscientos dólares ". Pero al realizarle una segunda ecografía se dan cuenta de que María tenía menos de un mes de embarazo, por lo que debía costarle máximo 150 dólares, así que según ella en este centro se aprovecharon de su desconocimiento.  Al día siguiente de tomar la pastilla para abortar, María acude a este centro para que le realicen una limpieza de vientre, para evitar que queden restos, "era un consultorio ginecológico como cualquier otro, pero en el que nadie se imagina que algo así puede suceder ya que había un cuarto bien oculto donde las pacientes que abortaban podían descansar". Algo impactante para María es que cuando llegó para que le hicieran el legrado, primero tuvo que pagar la parte del dinero que faltaba "...así te estés desangrando, no te atienden si no pagas lo que falta". Cuando finalmente canceló todo el dinero, cuenta que el procedimiento fue bien doloroso ya que al ser una práctica ilegal en el país, realizan los abortos sin los cuidados necesarios y sin anestesia. A pesar de las condiciones y el dolor, según María esa fue la mejor decisión que pudo tomar, aunque hasta ahora la acompaña el sentimiento de culpa. 

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"Me pidieron la mitad del dinero por adelantado"

Testimonio de MarĆ­a -
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